sábado, 24 de octubre de 2015

LOS CUATRO ACUERDOS por el Dr.Miguel Ruiz

Los cuatro acuerdos es un ensayo basado en la sabiduría de los antiguos toltecas. Relata las creencias que debería tener un ser humano para estar en equilibrio personal, teatral, diferencial, emocional, mental y social.


Para lograrlo se debe, en primer lugar, entender que todos los humanos tienen un complejo sistema de creencias (cosmovisión) o paradigma, adquirido por influencia social, familiar, educacional, y que con frecuencia dichas creencias adquiridas los perturban mental y emocionalmente, creando infelicidad; en segundo lugar, aprender que se puede modificar el sistema de creencias para conseguir el anhelado equilibrio interior que lleva a la felicidad. Para lograrlo, se pueden poner en práctica los cuatro acuerdos


Primer acuerdo: Ser impecable con las palabras.

Honra tus palabras, Lo que sale de tu boca, es lo que tú eres. Si no honras tus palabras, no te estás honrando a ti mismo; si no te honras a ti mismo, no te amas. Honrar tus palabras es honrarte a ti mismo, es ser coherente con lo que piensas y con lo que haces. Eres auténtico y te hace respetable ante los demás y ante ti mismo.

Las palabras son armas de doble filo, hay que saber usarlas con razón. Depende cómo, algo dicho puede girarse hacia uno mismo, por eso, la cuestión es no caer en este error, no permitir que nuestras palabras den razones de actuar el Juez. Pero aún no se giren en contra, pueden actuar como armas hacia terceros, con lo que también es un error. Una vez asumido eso, podemos darnos cuenta que estamos libres del poder de las palabras de otras personas hacia nosotros. No daremos oportunidad al Juez, porque sabremos que las palabras son sólo palabras.


Segundo acuerdo: No tomarse nada personalmente.

No te tomes nada como algo personal, Ni la peor ofensa. Ni el peor desaire. Ni la más grave herida debes tomar como algo personal. Quien te ofende tiene un veneno que descargar contra ti, por no saber como deshacerse de él. En la medida que alguien te quiere lastimar, en esa medida ese alguien se lastima a sí mismo. Pero el problema es de él y no tuyo.

No seamos egoístas, el mundo no gira a nuestro alrededor, tomarse las cosas a nivel personal, es pensar que somos el centro. Nada de lo que hacen los demás es por ti, lo hacen por ellos. Tomarse las cosa personalmente es cuestionar-se a uno mismo, pero no deberíamos, debemos saber quienes somos y lo que el entorno parezca decirnos, nunca se fomentará en lo real de nosotros, porque sólo nosotros lo conocemos. Aun así, incluso uno mismo no se conoce perfectamente, por lo que tampoco debemos cogernos personalmente nada que surja de nuestro interior, no debemos dar alas a la Víctima, cuando el Juez actúa.



Tercer Acuerdo: No hacer suposiciones

No supongas, no des nada por supuesto. Si tienes alguna duda, aclárala. Si sospechas, pregunta. Suponer te hace inventar historias increíbles que sólo envenenan tu alma y que no tienen fundamento.

Al hacer suposiciones, asumimos realidades no confirmadas y eso crea generalmente malestar, porque nuestra mente represora tiende a asumir, a suponer cosas negativas y eso nos causa dolor. Debemos aprender a preguntar, a expresar nuestras inquietudes y dudas, sólo así seremos (y haremos a los demás) plenamente partícipes de la realidad sin presunciones negativas.


Cuarto acuerdo: Hacer siempre el máximo que puedas.


Haz siempre todo lo mejor que puedas, Si siempre haces lo mejor que puedes, nunca podrás recriminarte de nada.

Si siempre haces el máximo, nunca podrás acusarte a ti mismo de no intentarlo. Y por mucho que otros te acusen, sabrás que lo has intentado y eso es lo único que cuenta.

Con esto, empezamos el camino hacia la libertad. Partiendo de 3 maestrías: De la conciencia, conociéndonos. De la transformación, como cambiarnos y huir del sueño y del Amor.

De alguna manera, es necesario reaprender todo lo que se ha aprendido en la vida. Éste es el principio de un nuevo entendimiento, de un nuevo sueño.

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